Rosácea
La rosácea (rosácea) es una enfermedad crónica, generalizada y no contagiosa de la piel.
La rosácea evoluciona en varias etapas. En la primera etapa, se manifiesta como un enrojecimiento fugaz y ocasional de la cara, también conocido como cuperosis.
Después, el enrojecimiento permanece visible de forma permanente. Se debe a una dilatación constante de los pequeños vasos sanguíneos superficiales de la piel. En fases posteriores, se forman pápulas rojas y pequeños sacos llenos de pus, que pueden dar lugar a un engrosamiento abultado de la piel en los hombres, a menudo alrededor de la nariz (nariz con granos). Los ojos también pueden verse afectados e inflamarse.
La rosácea es una de las dermatosis más frecuentes en adultos. Debido a su aparición predominante en la cara, se asocia a un alto grado de sufrimiento para los afectados. Por eso es gratificante que los síntomas de la rosácea puedan tratarse bien y de forma permanente, aunque la enfermedad crónica no pueda curarse.
Terapia láser
Las venas rojas especialmente molestas pueden eliminarse suavemente y bien con un láser KTP. El láser esclerosa los pequeños vasos para que permanezcan cerrados permanentemente.
Terapia médica
Los nódulos y pústulas son signos de inflamación. Pueden tratarse bien con cremas de aplicación externa. Los medicamentos deben aplicarse durante unas semanas para que desaparezcan las alteraciones cutáneas.
También se recetan algunos antibióticos en comprimidos.